- Área: 297 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Miguel Fernández-Galiano
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Proveedores: Cortizo, Gradhermetic, Technal
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Hoy en día, se reclama una arquitectura con una flexibilidad más allá de lo estrictamente funcional. El ser arquetípico de la casa es el de constituirse en escenario para cada acto del habitar, pero no para un sólo y único instante. Se imagina una vivienda esencial, en la que los elementos servidores se reducen al máximo en favor de espacios servidos libres y abiertos, buscando que la adaptabilidad de su uso a lo largo del tiempo sea máxima.
Al exterior, esta intención se traduce en un volumen compacto, abierto a norte y sur de forma que la vista lejana de la Sierra de Madrid se convierte en el lienzo de fondo de todas las estancias vivideras. Los materiales, con muro exterior de granito de Colmenar, lienzos blancos, lamas venecianas y cubierta a cuatro aguas de pizarra, junto con el ciprés existente y la lámina de agua que acompaña el conjunto, reivindican los elementos que conformaban las viviendas originales de la colonia Mirasierra al norte de Madrid, hoy invadida por construcciones que asemejan todo menos ser una casa.
El diseño de la pieza presta especial atención a criterios de ahorro energético y sostenibilidad para acercarse al ideal de una vivienda energética de consumo energético nulo. Por un lado, de cara a reducir la demanda, se saca el mayor partido posible de estrategias pasivas tales como la compacidad, el aislamiento, la ausencia de puentes térmicos, la protección solar, una buena orientación, la iluminación natural o la ventilación cruzada de todas las estancias.
Por otro lado, las estrategias activas buscan minimizar el consumo al máximo, basándose en el empleo de la energía geotérmica para ACS y un suelo radiante/refrescante que, unido al uso de un recuperador entálpico termodinámico para la ventilación mecánica, se encargan de alcanzar el confort climático óptimo en el interior de la vivienda.